jueves, 26 de mayo de 2011

Infancia

Antonio Guzmán Blanco nace en el seno de una familia acomodada y con variedad de contactos políticos, hijo del cuatro veces Ministro de Interior y Justicia y Vicepresidente de Venezuela, Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Partido Liberal y de Carlota Blanco Jerez de Aristiguieta, pariente del libertador Simón Bolívar por parte de sus hermanas, además de miembro de la aristocracia. Sus padres eran de origen andaluz y canario, además, ambos disponían de fortunas considerables, ella por herencia y Antonio Leocadio por su prestigiosa carrera política y periodística.
El joven Guzmán Blanco, no era muy diferente de los demás jóvenes de su época o inclusive que cualquier adolescente, inquieto, risueño, audaz y espontáneo. Lastimosamente el ambiente que vivió durante su adolescencia no era favorecedor para semejante comportamiento. Si bien su familia gozaba de un alto estilo de vida, parte de la alta sociedad caraqueña, la misma aborrecía a todo aquel que portase el apellido Guzmán.
Las cuestionables acciones de su padre conocido por pasar con descaro de oposición a gobierno y viceversa, a pura conveniencia, eran motivo de un generalizado desprecio para con su familia, desprecio que en toda ocasión era un atentado directo al bien consolidado orgullo del joven Antonio Guzmán Blanco, lo que trajo como consecuencia, su conversión en alguien cada vez menos risueño, espontáneo y corriente, emergiendo en su lugar una personalidad fría, calculadora, cautelosa, todos estos aspectos, que tomaron forma definitivamente,una vez que se hicieron presente sus ambiciones, cada vez mayores lo cual conllevó a valerse de sus habilidades e inteligencia para alcanzarlas, a la par, que se convenció de la necesidad de apartarse de la imagen de su padre, lo cual en efecto, mantuvo durante el resto de su vida, y que sería la razón principal para, en el futuro, promulgar en su reforma constitucional.
El joven, a pesar de su tétrica situación, era extremadamente inteligente y talentoso. Prodigioso estratega, orador, escritor, con excelente memoria y una capacidad argumentativa impecable, todas estas habilidades de las que no dudó en disponer para favorecerse y cambiar en favor suyo el ambiente hostil que lo rodeaba. Inicia sus estudios en Caracas, en el Colegio Independencia de Feliciano Montenegro y Colón, donde recibe la instrucción básica y también donde comenzó a hacer alarde de su inteligencia y habilidad para los estudios, demostraba gran habilidad para el debate, las leyes y el conocimiento humanístico en líneas generales. Esta excepcional capacidad, junto con dotes diplomáticos y un proceder social educado e impecable, darían inicio al perfil básico de Guzmán Blanco, y que en el futuro sería usado con tanta y hasta más efectividad en su ascenso al poder, que las propias armas.
En 1854, da un paso decisivo en su vida, cuando ingresa a las logias masónicas caraqueñas Concordia y Esperanza, así como a la Sociedad de María, siendo esta una institución en la que Guzmán Blanco iría ascendiendo hasta alcanzar el encumbramiento, así como también el centro de origen de sus futuros roces con la Iglesia Católica.
Posteriormente, con a penas 19 años de edad, hacia septiembre de 1848, desempeña su primer cargo público, como Jefe de sección en la Secretaria de Relaciones Exteriores, ello mientras estudiaba Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Por aquel entonces además comienza a frecuentar a Luisa Teresa Giuseppi, una joven acaudalada de la alta sociedad caraqueña y además nieta del general José Tadeo Monagas, para el momento presidente de la república, siendo el noviazgo de Guzmán Blanco con la joven, algo que el abuelo desaprobaba, pero el joven era por mucho, en extremo inteligente, de acuerdo a Monagas, por lo cual, decidió que la mejor manera de alejarle de ella, sería otorgarle un cargo como diplomático en el extranjero, el de Cónsul de Venezuela en Filadelfia, en los Estados Unidos, algo para lo que al joven le sobraban méritos, por lo cual, era perfectamnete justificable.
A Guzmán Blanco, no pareció disgustarle la decisión, probablemente no le haya alegrado distanciarse del objeto de su afecto, pero conociendo sus ambiciones, es fácil suponer que los más seguro es que el joven siempre tuviese sus aspiraciones profesionales como primera prioridad. Para entonces, Antonio Guzmán Blanco había culminado su carrera de Derecho en la Universidad Central de Venezuela, habiendo el 1 de marzo de 1856 recibido el título de Licenciado en Derecho Civil, y el 14 de abril siguiente obteniendo el título de abogado, así que, sin nada que lo detenga, acepta el nombramiento y parte a Estados Unidos.

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